Tengo un reto, ¿y ahora qué?
Detectar uno o más retos de la empresa es el primer paso para innovar. Pueden ser retos muy concretos sobre procesos, productos o modelos de negocio o retos más genéricos que incluyan sectores, ámbitos específicos sobre una temática o incluso temas que nos gustaría abordar como empresa.
Muchas empresas tienen líneas de exploración detectadas, un sector o un foco donde innovar, la ambición de crear nuevos proyectos, destinar recursos humanos y monetarios para sacar insights y propuestas interesantes.
Existen multitud de herramientas para conceptualizar proyectos a través de dinámicas que favorezcan el empoderamiento individual y colectivo. En este artículo trataremos algunos de ellos basados en la metodología Design Thinking.
El entorno, un factor clave
Vivimos en un entorno V.U.C.A; volátil, incierto, complejo y ambiguo. La transformación digital, los nuevos hábitos de los consumidores, las nuevas necesidades y tendencias del mercado, y ahora la nueva crisis del COVID19, ponen de manifiesto lo importante que es saber innovar y afrontar los nuevos retos de manera creativa.
Trabajo en equipo
Sea un reto concreto o transversal dentro de la organización, trabajar con perfiles multidisciplinarios y complementarios nos aportará un valor imprescindible para encontrar las mejores soluciones.
Es posible, en función del tamaño de la organización, que algunos de los perfiles se conozcan poco. Y aún conociéndose recomendamos el siguiente ejercicio para realizar de forma grupal:
Fuente: elaboración propia
Su objetivo es muy claro: detectar las habilidades adquiridas e inherentes de los componentes del equipo y sus carencias.
De esta forma, todos los miembros del equipo son conscientes de las habilidades que tienen como grupo y cómo se complementan entre ellos. Fomentamos la pertenencia a un grupo y, a su vez, creamos consciencia de las debilidades y fortalezas con las que contamos.
Todo ello de una forma visual con post-its de colores. 1 color = 1 participante.
Definir bien el foco
En la primera parte no abordamos la temática, reto o sector donde queremos dirigir nuestros esfuerzos, sino que nos centramos más en las personas que van a desarrollar los futuros proyectos.
En esta segunda fase nos adentramos más en la temática escogida para aprender más sobre el entorno que nos rodea.
Como metodología presente en el Design Thinking, el Context Map forma parte de las primeras fases de empatía y análisis del entorno para entender mejor dónde nos encontramos para definir posteriormente a dónde nos dirigimos.
Fuente: elaboración propia
Mediante este simple ejercicio se pretende contextualizar la empresa, el proyecto o el sector donde nos estamos centrando.
El objetivo es tener controlados los principales ámbitos que pueden afectar a la solución que se vaya a desarrollar. De este modo se identifica de una forma visual el gap de mercado donde podemos implementar mejoras o los stoppers que podemos encontrar en el camino.
¡A generar ideas!
No podemos empezar sin una lluvia de ideas inicial procedentes de todas las mentes pensantes que conforman el equipo.
Por ello, la siguiente herramienta que proponemos es el Mapa de Brainstorming o mapa de ideas donde volcar todo aquello que tenemos en la cabeza.
Es importante destacar que no hay ideas buenas ni malas en esta primera fase. A menudo, lo que aparenta ser una idea “loca” o inconcebible, puede cobrar sentido en las siguientes fases de ideación.
Por ello, debemos generar cuantas más ideas mejor y de forma individual. Aunque en una segunda fase todos los miembros pondrán en común las ideas que han tenido, recomendamos hacer el ejercicio individualmente para fomentar la creación de ideas de cada uno sin condición de las otras ideas.
Fuente: elaboración propia
Al finalizar el ejercicio este lienzo estará repleto de ideas más o menos brillantes. Como organización necesitamos haber realizado un ejercicio previo: definir los parámetros que diferenciarán una buena de una mala idea. Algunas ideas:
- Grado de innovación
- Aplicación práctica
- Inversión necesaria
- Necesidad de recursos
De todas las ideas aportadas debemos filtrarlas mediante votación u otros sistemas que se consideren interesantes y decidir qué idea principal y qué secundarias podemos seguir trabajando en las siguientes fases.
Next steps
Estas metodologías corresponden a las primeras fases de empatía e ideación del conocido Design Thinking. Esta metodología, si bien es cierto que sigue unos pasos preestablecidos, es adaptable y modulable en función de las necesidades de cada organización, aportando diversidad de herramientas en cada una de sus fases.
Por ello, no podemos extrapolar lo que a otra organización le ha sido útil a la nuestra. Debemos hacer un análisis interno de necesidades y objetivos para definir los pasos a seguir.
Lo que sí que podemos asegurar es que si no nos anticipamos a los cambios que nos rodean y afectan, nuestros competidores sí lo harán.