El creativo, ¿nace o se hace?
La creatividad es un talento como lo puede ser la capacidad de cálculo, las habilidades artísticas o la coordinación física para practicar un deporte.
Como toda habilidad, existe un porcentaje innato con el que nacemos. Existen personas más o menos predispuestas a desarrollar ciertas actividades físicas o intelectuales. La creatividad no es una excepción.
Evolución con los años
Seguramente asociemos creatividad con niños. Debido a su naturaleza y ganas de aprender son muchos los mecanismos que ofrecemos a los más pequeños para que desarrollen sus habilidades. Pero, ¿realmente los niños son más creativos que los adultos o es sólo un mito?
Bien, según un estudio realizado por la NASA en 2006, esta es la evolución de las capacidades creativas de los niños a lo largo de su crecimiento. La muestra fue tomada a 1600 niños.
Fuente: desingcosociety.com
¿En qué fallamos?
Sin duda las cifras decrecientes de las habilidades creativas de los niños y niñas son motivo de preocupación, ya que estas habilidades podrían ser aplicadas el día de mañana en sus respectivos oficios como médicos, profesores, desarrolladores o empresarios.
¡En todas las áreas profesionales es necesaria la creatividad!
Según George Land, uno de los co-autores del estudio, se relaciona la creatividad directamente con el sistema educativo. Este sistema rígido y desarrollado hace décadas – con sus respectivas evoluciones incrementales – provoca que un genio creativo innato acabe marchitándose con el paso del tiempo.
Esto se debe a la estandarización de las asignaturas, pruebas y mecanismos del sistema educativo. Si evaluamos a todos los alumnos con un sistema tipo test, no damos paso a resolver una pregunta de otra forma que no sea respondiendo A o B.
Este hecho es aparentemente inocente, pero restringe el pensamiento divergente con el que muchos de los alumnos y alumnas nacen, enseñándoles que no hay otra forma de argumentación que la establecida.
Relación entre innovación y creatividad
Son muchos los espacios donde se relacionan estos dos conceptos, pero ¿por qué lo relacionamos tanto? ¿Es una persona adulta creativa y/o innovadora por naturaleza?
Lo que tiene en común la creatividad y la innovación es el pensamiento divergente a la hora de enfocar un problema.
Como bien hemos visto en el blog Design Thinking, co-crear para evolucionar, existen dos modelos para enfocar problemáticas, sea del área que sea:
Resolución convergente: aquella forma mediante la cual buscamos la mejor solución entre las alternativas disponibles para abordar un problema o reto.
Resolución divergente: antes de buscar una solución rápida, empatizamos con el usuario poniéndolo en el centro en todo momento. Dedicamos la mayor parte del tiempo a entender la raíz del problema desde distintos ángulos e incluso reformulamos el reto inicial. La parte final la dedicamos a buscar posibles soluciones.
Parecen dos procesos similares pero los resultados de aplicar el pensamiento divergente, ya sea a través del Design Thinking u otras metodologías son bien distintos. El modelo tradicional parte del producto o servicio para definir la experiencia, mientras que el Design Thinking (mediante procesos creativos de pensamiento divergente), aborda la experiencia de cliente y crea productos o servicios entorno a él/ella.
Influencia a la hora de emprender
No es novedad que el camino del emprendedor es largo y difícil. Podemos entender el emprendimiento como un modo de vida o atrevernos con un proyecto propio en algún momento de nuestra vida. Sea como sea, nos encontraremos con multitud de situaciones complicadas que deberemos resolver de la mejor forma posible.
Debemos entrenar nuestro pensamiento crítico y creativo con los años y aprender a buscar soluciones fuera de la lógica convergente.
El pensamiento creativo que nos ofrece la imaginación nos proyecta un producto, proceso o modelo de negocio directamente aplicables en el mundo empresarial.
La innovación es el proceso práctico que nos permite tangibilizar el área creativa.
A diferencia de la lógica convergente, la creatividad nos ofrece esta facultad para crear distintas posibilidades a través de diferentes ideas, que nos pueden conducir a soluciones impensables y geniales. Por el otro lado, la innovación se encarga de evaluar estas ideas y llevarlas a la acción y hacer propuestas concretas.
En la era digital en la que vivimos, donde estamos inmersos en un constante cambio de transformación social y tecnológico es cada vez más importante contar con personas que tengan habilidades creativas e innovadoras que nos permitan adaptarnos al entorno y evolucionar a las empresas e instituciones hacia el mañana.