5 motivos para aplicar el intraemprendimiento en tu empresa
Empecemos por el principio
Seguramente conozcamos o hayamos leído mucho sobre emprender pero existen conceptos derivados que quizá no sean tan conocidos.
Emprender es arrancar un proyecto propio. Sea más o menos innovador o disruptivo en su forma. Últimamente se habla mucho de crearse uno/a mismo/a su propio trabajo y existen ayudas públicas que incentivan este hecho. Por ejemplo, una renta reducida de cuota de autónomos durante un tiempo limitado o ayudas específicas para personas jóvenes que quieren arrancar un negocio propio.
Sin embargo, poco se habla de la importancia del intraemprendimiento en las empresas ya existentes. Este concepto se define como el acto de llevar adelante una actividad emprendedora en el interior de una organización existente. Supone descubrir internamente las mejores mentes para encontrar ideas y soluciones e implicar de forma efectiva a estas personas en el proceso de innovación.
Este proceso aporta multitud de beneficios tanto para la empresa como para las personas que la conforman. Estos son solo 5 motivos clave para aplicar procesos de intraemprendimiento en la empresa:
1. Nadie conoce mejor tu realidad que tus propios trabajadores
Y no sólo las personas que trabajan directamente para tu empresa, sino también aquellos colaboradores esporádicos o incluso proveedores. Estar en el día a día de la empresa permite detectar oportunidades o vías de mejora que una persona externa es incapaz de ver.
Poner a disposición una herramienta para hacer constar una idea de mejora de un proceso, de un producto o servicio a este trabajador/a es una oportunidad directa de mejora interna continua. Extrapolable también a críticas constructivas, creación de equipos multidisciplinarios que quieran resolver un reto de la empresa, una lluvia de ideas…
2. Fomenta el engagement entre personas y compañía
Las personas trabajan para una determinada empresa a cambio de una retribución pero, cada vez más, esta retribución no es únicamente económica. Las nuevas generaciones esperan de la empresa para la que trabajan un sistema de incentivos más allá de un sueldo a final de mes.
Sentirse parte de un colectivo con valores afines o formar parte de un sistema que tiene escucha activa de sus personas son algunos de los atributos que se valoran para escoger una u otra compañía donde aportar los conocimientos.
Debemos fomentar el talento interno, aplicar sistemas de escucha activa a nuestros trabajadores y ofrecerles un altavoz para que nos hagan llegar sus críticas y aportaciones para mejorar y evolucionar.
La apuesta de la empresa por una persona debe ser recíproca. Él o ella nos ofrece su tiempo día a día. Nosotros, como empresa, debemos ofrecerle todo el bienestar que esté en nuestras manos.
3. Mejora de la comunicación interna
Sobre todo en equipos grandes. Como trabajador/a puedo saber qué está haciendo mi compañero/a pero no todo aquello que se lleva a cabo dentro de los distintos departamentos de la empresa.
La motivación es una espiral que se retroalimenta. Si una persona percibe que se “hacen cosas” dentro de la empresa, tendrá más predisposición a liderar sus propios proyectos.
Si como empresa decidimos dar un altavoz a nuestros trabajadores y colaboradores, es importante comunicarlo como es debido para que se perciban nuestras acciones y generar este ecosistema de innovación interno que buscamos.
4. El talento atrae talento
Podemos aprovechar nuestras acciones de intraemprendimiento internas para proyectar nuestra imagen de marca al exterior.
El mejor marketing que podemos hacer es a través de prescriptores. Nadie mejor que el propio talento interno para difundir nuestra cultura empresarial y nuestros valores.
Aprovechemos la fuerza de las redes sociales y la viralidad para proyectar al mundo todo aquello de lo que estamos orgullosos/as.
5. Crea tu propio futuro
No lo decimos nosotros, sino uno de los creadores teóricos del management moderno, Peter Drucker: La mejor manera de prever el futuro es crearlo.
Tenemos el futuro delante, lo trabajamos en el día a día en nuestras empresas. No debemos esperar a que aparezca una startup disruptiva que dilapide nuestro modelo de negocio o nuestro producto con algo mejor o más innovador.
Es nuestro deber como empresa ser capaces de prever cómo será el futuro para anticiparnos a los inevitables cambios.
La clave para hacerlo la tenemos dentro de nuestra propia empresa. Sólo hace falta darle el altavoz necesario para que se exprese.